SEP hará ‘limpia’ de programas
Enciclomedia y Escuela Segura, entre los que desaparecerán. Viernes 22 de marzo de 2013Nurit Martínez Carballo | El Universal. nurit.martinez@eluniversal.com.mx. La Secretaría de Educación Pública (SEP) iniciará un proceso para desaparecer gradualmente poco más de una veintena de programas -en su mayoría impulsados en las últimas dos administraciones- como el de Escuela Segura, Enciclomedia, Escuela y Salud o Escuela y Agua que absorben un presupuesto de 19 mil millones de pesos al año y que están atosigando a las escuelas y haciendo que la tarea educativa se vea debilitada, aseguró Alba Martínez Olivé, subsecretaria de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Adicionalmente, asegura, estos programas generaron una cantidad indefinida de comisionados en los estados que podrán ser aprovechados, si muchos de ellos regresan al salón de clases.
Martínez Olivé asegura, en entrevista con EL UNIVERSAL, que se ha iniciado un «replanteamiento» en las acciones de la dependencia. El propósito es fortalecer el federalismo iniciado en el año 1992 -cuando comenzó la descentralización educativa-y hacer de la subsecretaría un ente normativo, que acompaña y deja a los gobiernos estatales definir acciones para mejorar su educación.
En los últimos años, describe, se siguió en México una tendencia incluso continental, de América Latina, «muy ilusa y muy equivocada que ignoraba la propia estructura educativa del sistema, algo que hemos aprendido», que era de promover diversos programas en torno a la escuela. Pero esas medidas sólo provocaron «distorsiones», mientras los programas aumentaron hasta tener una cantidad indefinida.
En este momento se contabilizan entre «26 y 27 programas. Que a su vez se dividen en múltiples subprogramas, que a su vez se subdividen en otros subprogramas», detalla.
El costo de todos ellos es de alrededor de 19 mil millones de pesos. «No significa que tengan que irse a otro lado, significa que tiene que ser mejor usados».
Cada uno de ellos puede tener «muy buena intención educativa», pero al final terminaron «convirtiéndose en eso que los maestros llaman la carga administrativa», que impide que los supervisores y directores tengan muy poco tiempo para realizar tareas de índole pedagógica.
«Esas tareas han quedado totalmente minimizadas. Lo que se ha vuelto sumamente importante es cumplir con todo el papelerío que se desprende de los programas y entonces cada programa requiere que se cumplan ciertos requisitos, que se demuestre que se realizaron, que se rindan estadísticas, informes y otro tipo de pruebas documentales», agrega.
La realidad es que «estos programas están realmente atosigando a la escuela y haciendo que la tarea educativa se vea debilitada. Tenemos la idea de que estos programas en lugar de servir para mejorar el desempeño educativo han servido para darle una carga adicional, irrelevante, que no tiene que ver con los fines de la escuela».
La carga de trabajo en las escuelas «se han convertido en un buen pretexto para no hacer lo que se tiene que hacer, porque hay que cumplir con la tarea que nos manda el programa fulano, zutano y mengano».
La funcionaria federal refirió que «uno de los fenómenos negativos que trajeron consigo éstas políticas de programas es la construcción de equipos técnicos estatales para cada programa» que no responden a la SEP o a la autoridad estatal.
Entonces, «resulta que el estado tiene 10, 12 o 15 equipos técnicos estatales que en realidad no están trabajando para el estado, que en realidad trabajan para un programa. Este equipo técnico estatal, que además muchas veces está formado por gente muy competente y muy capaz, no está trabajando sobre las necesidades específicas de su entidad, ni trabajando directamente con su autoridad educativa, está trabajando con la federación pero para servir a un programa que no necesariamente es el que ese estado necesita».
Se desconoce el número, explica la subsecretaria, y añade que esta situación genera problemas incluso para los sistemas educativos.
«Es opaco en el sentido que no sabemos estrictamente cuántos son, sí sabemos que están dentro del sistema educativo y sabemos que sí están cumpliendo tareas para el sistema educativo. También pensamos que pueden ser infinitamente mejor aprovechados y también sabemos que muchos de ellos el mejor destino que pudieran tener es el regreso a las aulas porque en las aulas también están haciendo falta maestros», precisó Alba Martínez.
Entre las acciones de «los últimos tiempos que la SEP no puede dejar que pase más el tiempo» está el Acuerdo 648, que estableció un nuevo esquema de evaluación y creó una cartilla para la educación básica, incluso con nuevo sistema de calificación.
A siete meses de que se aprobó el nuevo esquema de evaluación, la subsecretaria anuncia que en las escuelas se volverá a entregar el certificado de primaria, que se revocará la decisión de sólo entregar una cartilla a los niños que concluyen el sexto grado de primaria.
«Se reinstaura el certificado de educación primaria para que estos niños tengan por lo menos ese documento legal que les permita moverse en un futuro, en el escaso campo laboral que eso pueda tener, y que les permita, en un momento dado, reintegrarse a la educación».
La subsecretaria, quien es una de las investigadoras del sistema educativo mexicano, señala que el replanteamiento que se pretende a la educación básica parte de los resultados insatisfactorios en el aprendizaje de los niños, «distan mucho de ser los que este país se merece y lo que los propios niños se merecen».
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