23/10/2025
Libros de texto gratuito SEP

Los libros de historia que hizo Bartlett, al desperdicio

POR LA REDACCIÓN , 24 OCTUBRE, 1992

Los libros de historia que hizo Bartlett, al desperdicio Zedillo almacenó libros por 12,026 millones y editó otros por 19,819 millones


Alberto Aguirre M


Los libros de texto gratuitos de Ciencias Sociales para los grados 4°, 5° y 6° de educación primaria —6 millones 383,850 ejemplares— nunca llegaron, ya impresos, a las manos de sus destinatarios, los niños de las escuelas mexicanas

Antes llegó Ernesto Zedillo a la Secretaría de Educación Pública y, en su Acuerdo para la Modernización de la Educación Básica, los consideró “inadecuados” y ordenó que fueran almacenados Junto con los ejemplares, permanecen embodegados 12,026 millones de pesos, costo total de la impresión
Entre tanto, Zedillo dio luz verde a la edición de los polémicos textos de historia de México para los mismos años de primaria.

Elaborados entre noviembre de 1991 y abril de 1992, los libros de Ciencias Sociales fueron guardados, todavía fresca la tinta de la impresión, en una bodega que la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) tiene en la zona industrial de Tequesquináhuac, en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México.


El 18 de mayo pasado, la SEP puso en marcha el Programa Emergente de Reformulación de Contenidos y Materiales Educativos Uno de sus objetivos específicos era “restablecer en la primaria el estudio sistemático de la historia, la geografía y el civismo, en lugar del área de ciencias sociales”.


En el caso específico de esa área, la SEP consideró conveniente “subsanar el insuficiente conocimiento de la historia nacional de los alumnos de educación primaria, impartiendo —en el curso escolar que inició en septiembre pasado— clases de historia de México para los grados 4¼, 5¼, y 6o”.


Sin embargo, desde noviembre de 1991, cuando Manuel Bartlett todavía no era sustituido en la SEP por Ernesto Zedillo, se ordenó a la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos la impresión de 6 millones 383,850 libros de ciencias sociales para utilizarlos en el año escolar 1992-1993; cada libro representó un valor unitario de 1,619 pesos: su impresión costó 10,000 millones 235,150 pesos, aunque en los libros contables de la Comisión se registró un costo de producción total de 12,026 millones de pesos.


Los libros comenzaron a imprimirse en noviembre de 1991 en las cuatro rotativas que trabajan desde hace 28 años en la nave industrial de avenida Río de la Loza 116, en el centro de la ciudad de México Todo el proceso de producción (impresión y encuadernación) se llevó a cabo en esos talleres.


Con los otros 24 ejemplares de los demás libros de texto del alumno para los distintos grados y materias, los siete libros del maestro y 95 títulos más, los libros de ciencias sociales estaban listos para ser distribuidos en abril de 1992 Empero, desde esa fecha permanecen empaquetados en una bodega de la Comisión
En la zona industrial de Tequesquináhuac, aledaña a la cabecera municipal de Tlalnepantla, está el almacén más grande de la Conaliteg Es una nave de 2,000 metros cuadrados, al final de la calle de Francisco Márquez, al lado de las instalaciones de la empresa Campos Hermanos En realidad, son dos bodegas: una para almacenar rollos de papel y otra para guardar los excedentes de la producción anual.


Allí trabajan entre doce y quince empleados, que realizan labores de estiba y manejo de maquinaria, bajo el mando de tres supervisores Además, hay dos personas encargadas de la seguridad de las bodegas
El espacio que ocupan las cajas con los libros de ciencias sociales resulta pequeño comparado con la extensión de la bodega, de unos 800 metros cuadrados No es posible contar las cajas, apiladas en montones, pero “la mayoría de los libros sigue aquí, se han llevado apenas unos cuantos”, comenta el empleado que permitió al reportero pasar a la bodega.


“Llevan aquí mas de seis meses y todavía no saben qué harán con ellos; seguramente van a reciclarlos, porque la cantidad de papel que representan es importante”, señala el mismo empleado, que pide el anonimato.


“Esos libros fueron trasladados a la bodega de Tequesquináhuac inmediatamente después de su impresión y aquí permanecen”, confían al reportero dos estibadores del almacén,


Para los informantes fue evidente que esos libros no serían sujetos del procedimiento habitual de reparto Conforme al calendario normal de distribución, los libros se envían a centros de reparto en cada zona escolar, en todo el país, en agosto de cada año, justo un mes antes del comienzo del año escolar Para el ciclo 1992-1993 se realizó una segunda fase de distribución de los materiales didácticos, que se inició el 1¼ de septiembre y terminó el 15 de octubre Pero los libros de Ciencias Sociales ahí permanecieron
“Los trajeron en fechas distintas, pero el desembarque se diferenció de los demás por el número de cajas; eran muchísimas”, explican.


Las cajas que contienen los libros se identifican porque en un costado tienen las siglas “4CS”, “5CS” y “6CS”, y por los colores rojo, azul y verde en que están impresas esas letras Cada caja tiene la leyenda: “estos libros son propiedad de la Nación”.


Y “la Nación” los tiene aún en su poder En la escuela primaria federal “Tata Vasco”, situada a unos 500 metro del almacén de la Conaliteg, no recibieron los libros de ciencias sociales “Los maestros nos dieron los nuevos, los de historia”, comentan los alumnos.


Los libros de ciencias sociales fueron redactados en 1972 y en su realización participaron los historiadores: Josefina Zoraida Vázquez, Bernardo García, Armida de la Vara, Luis González, Margarita Helguera, Ellen Gollaz, Gustavo Cabrera y José Luis Reyna Periódicamente eran sometidos a revisión en sus aspectos técnicos y pedagógicos, para actualizarlos.


La última revisión que les hizo la Dirección de Contenidos y Métodos Educativos de la SEP fue en 1986 En el actual sexenio, las autoridades educativas decidieron incluir sólo una modificación: la fotografía de Carlos Salinas de Gortari en el cuadro de Presidentes de la República, que aparece como anexo en el libro de sexto
El libro de cuarto grado, que muestra a los niños un panorama geopolítico de la República Mexicana y trata aspectos de la historia de México desde la época prehispánica hasta la etapa moderna, que reimpreso por decimoctava ocasión en noviembre de 1991; se tiraron 2 millones 268,269 ejemplares.


Del de quinto año, libro temático sobre historia mundial, desde el surgimiento de las grandes civilizaciones hasta la Revolución Industrial, fue la vigésima reimpresión: 2 millones 63,416 ejemplares, que se hizo en marzo de este año.


La decimonovena reimpresión del libro de sexto, que explica parte de la historia mundial de nuestros días y dedica sus tres últimos capítulos a reseñar los movimientos de Independencia, Reforma y Revolución de México, así como la evolución del país en su tránsito por la vida democrática, se terminó de hacer en abril de 1992 Fueron 2 millones 11,332 ejemplares.


Los libros de ciencias sociales que serían distribuidos al comenzar el actual curso lectivo tienen en su portada aspectos de obras pictóricas de Arnold Belkin, el de cuarto; de José Chávez Morado, el de quinto, y de Rufino Tamayo, el de sexto.


QUE NO SERVIAN


Cuando presentó Mi Libro de Historia de México para cuarto, quinto y sexto grados, en un acto que congregó a representantes de la SEP, del SNTE y de las asociaciones de padres de familia, el pasado 4 de agosto, Ernesto Zedillo se refirió a los viejos libros de ciencias sociales y explicó por qué fueron sustituidos
Ante el presidente Carlos Salinas de Gortari dijo que tenían una “estructura, acentos temáticos, visión del mundo moderno y algunas explicaciones de la historia y la sociedad mexicana que no corresponden ya con lo que sabemos de nuestro pasado histórico, con la valoración de la complejidad social de ahora y con las necesidades formativas que aseguren una identidad nacional enraizada en nuestra cultura y nuestra historia”.


En esa ceremonia, se repartieron entre los presentes ejemplares del nuevo libro de texto, impreso en papel cuché y con una portada que muestra una mujer que simboliza la Nación mexicana, imagen que ya tenían los de hace 20 años Tan sólo unos pocos tomaron del escritorio en donde estaban, los libros de ciencias sociales, para ver en ellos lo que había referido el secretario de Educación.


Precisamente en el colofón de esos libros se mencionan la fecha, el lugar y el número de ejemplares impresos: fueron 6 millones 383,850 libros que se tiraron entre septiembre de 1991 y abril de 1992 en los talleres de la Conaliteg.

La Comisión, desde 1972, trabaja de acuerdo con un ciclo de producción que se empalma con el calendario escolar de la SEP Se extiende de septiembre de un año a septiembre del siguiente y debe combinarse con el año presupuestal para que corresponda con el año natural Así, cada ciclo escolar se registra con el año que termina la producción y se inician las clases.


Cuando comenzó la impresión de los libros de ciencias sociales en los talleres de la Conaliteg, su director era Javier Wimer, quien estuvo casi ocho años al frente de la dependencia Al llegar Zedillo a la SEP, Wimer fue relevado por Fernando Elías Calles, subsecretario de Planeación Educativa con Barttlet.


El ciclo productivo de la Conaliteg empezó en septiembre del año pasado y cuando llegó Elías Calles casi estaba concluida la impresión de los libros de texto para 1992, de las seis materias de educación primaria en sus distintos grados Aun así, la SEP decidió elaborar e imprimir los nuevos libros de historia, que se comenzaron a redactar en mayo y se imprimieron en agosto, en empresas privadas.


En junio de 1991, Wimer presentó su ultimo informe de labores y se editó un libro con datos sobre el trabajo de la Conaliteg De acuerdo con esa edición, la dependencia imprime 34 libros para maestros y alumnos, así como textos de apoyo, monografías, atlas geográficos, libros en Braille y registros de asistencia y evaluación En junio de este año, Elías Calles debió rendir su primer informe, pero los alcances de su gestión son menores, ya que el trabajo de edición de libros fue ordenado antes de su llegada a la dirección, en febrero No se ha hecho público ningún documento sobre el particular.


Para el año escolar 1992-1993 se imprimieron 905 millones de ejemplares para los 17 millones de alumnos de preescolar y primaria La Conaliteg invirtió 150,462 millones de pesos
Los libros de ciencias sociales representan el 75% del total de la producción anual y necesitaron del 85% de los recursos que destina la Comisión para su producción anual: se gastaron 12,026 millones de pesos en la impresión de los libros de ciencias sociales.


Aunque su tiraje fue mayor, los nuevos libros de historia de México costaron 7,500 millones de pesos más: 19,819 millones.


Los de ciencias sociales tuvieron un costo de 1,619 pesos por ejemplar de 256 páginas; en contraste, costó 2,600 pesos cada ejemplar de 160 páginas de los libros de historia Las 96 páginas de diferencia suponen un costo aproximado de 1,474 pesos; si el libro de historia tuviera las mismas páginas que el anterior, hubiera costado 4,074 pesos.


En suma, para este ciclo escolar se imprimieron poco más de 14 millones de libros para una misma área de conocimiento; su tiraje costó 31,845 millones de pesos, pero sólo se repartieron 7 millones 623,000 libros: los de historia de México.


EN LA SEP, NADIE SABE


En la Secretaría de Educación Pública nadie sabe con certeza qué pasó con los libros de ciencias sociales Al solicitar información sobre el asunto, el doctor Isidoro Gerson, subdirector general de Información y Relaciones Públicas, aseguró que ya se habían distribuido en todo el país.


Gerson se mostró sorprendido por la pregunta y —confundido— trató de explicar los hechos: “Al no ser posible en el corto plazo la sustitución generalizada de los libros de ciencias sociales ya producidos, no se pudo detener su distribución”.


Dijo que se distribuyeron “para hacer más completo el curso de ciencias sociales” en los tres últimos grados de primaria y que debía entenderse que los alumnos los utilizan para recibir lecciones de geografía, historia mundial y civismo.


El funcionario pidió que el reportero esperara un poco para “confirmar la información” y, después de hacer varias llamadas telefónicas, reiteró que los libros “sí se repartieron” Proporcionó como versión oficial, el texto del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica El párrafo que citó fue leído por el secretario Zedillo ante el presidente Salinas en el acto en que se firmó el acuerdo, el 18 de mayo, y dice textualmente:


” Se ha considerado indispensable preparar y distribuir, ya para el año escolar 1992-1993, dos nuevos libros de Historia de México, uno para el 4¼ grado y otro para los grados 5¼ y 6¼, en virtud de que los libros de ciencias sociales hasta ahora vigentes son inadecuados para el logro de los propósitos que se procuran () Esta iniciativa exigirá la edición y distribución gratuita de seis y medio millones de volúmenes adicionales”
Según el funcionario el “hasta ahora vigentes” significa que seguirán vigentes; sin embargo, los diccionarios son muy claros: hasta, preposición que sirve para expresar el término de lugares, acciones.


Quien sí sabe qué pasó con los libros de ciencias sociales, pero no puede decirlo, es Juan Filigrana Castro, director de los Talleres Gráficos de la Nación El reportero le solicitó una entrevista y en principio aceptó, con la condición de que no se publicara.


Filigrana Castro recibió al reportero el jueves 15, en su despacho, en las oficinas administrativas en el edificio de Canal del Norte número 81 La plática —se había acordado— sería sólo de “acercamiento”, no era una entrevista formal.


De entrada, el funcionario aclaró que no quería referirse a los libros de texto, porque “es un tema muy delicado, la Comisión es un cliente nuestro muy importante y no queremos tener problemas
Pidió que la conversación no se grabara “No es que desconfíe, pero antes de hablar de esto, por lo importante que es, debo pedir autorización a mi cabeza de sector (la Secretaría de Gobernación)”
Se le mencionó que muchas de las ediciones de los libros de texto se han hecho en los talleres que dirige Inclusive los de ciencias sociales se han hecho allí.


—Bueno, así ha sido, pero ha sido sólo la maquila La responsabilidad de los textos es de la Comisión —afirmo
—Sin embargo, en los Talleres Gráficos bien pudieran haberse impreso los nuevos libros de historia
—Claro Nuestros talleres viven una etapa de modernización muy importante, que nos ha permitido consolidarnos y entrar al mercado editorial con competitividad Si la SEP hubiera abierto a concurso la impresión de esos libros, la hubiéramos ganado, fácil.


Mostró orgulloso un folleto que ilustra las tareas de los talleres, que entre sus clientes tienen a todas las dependencias del gobierno federal y empresas privadas, y señalo:


“No es mi costumbre hablar con periodistas, porque muchas veces confunden las cosas e inventan declaraciones Yo sé que tengo que proporcionar información, es una de mis obligaciones, pero sólo puedo hablar de cosas que no afecten a mis superiores, usted comprende”.


Se le insistió en el tema de los libros y comentó, a título personal: “Se cometieron muchos errores, explicables en cierto momento Pero, compréndame, sólo hablaré si tengo la autorización de mis superiores”
Se le mencionaron los libros de ciencias sociales y confirmó su existencia “Compréndame, yo le podría platicar toda la historia, pero no puedo hacerlo Debo ser institucional”.


Después de 20 minutos de plática, despidió al reportero con la promesa de recibirlo al día siguiente Volvió a recordar: “Sólo hablar si tengo autorización”.


Mercedes Aguilar, directora de Comunicación Social de la Secretaría de Gobernación, dijo que por su parte no había reparos para la entrevista y que así se lo diría al director de los TGN.


Sin embargo, al día siguiente, cuando el reportero acudió a los Talleres Gráficos para hablar con Filigrana Castro, las cosas cambiaron Al pasar por la caseta de vigilancia un policía anunció al visitante El jefe de seguridad salió y excusó al funcionario: “Tuvo una cita en la Secretaría y no se encuentra” Con brusquedad lo invitó a salir de las instalaciones Le advirtió: “Tenemos órdenes de la dirección de no volverlo a dejar pasar Discúlpeme, son órdenes del director”.


DOBLE IMPRESION


El asunto de la impresión de los libros de ciencias sociales fue expuesto por la fracción parlamentaria del Partido de la Revolución Democrática en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el miércoles 21
La diputada Liliana Flores Benavides entregó a la Oficialía Mayor de la Cámara de Diputados una denuncia en la que solicita, en nombre del PRD, someter a juicio político al secretario de Educación.


Se le acusa de haber autorizado la doble impresión de los libros para el área de ciencias sociales en el actual año lectivo: los libros “viejos”, hechos por la Conaliteg, y los “nuevos” de historia de México, y de conceder, sin someter a concurso, la edición de los nuevos textos a Editorial Santillana.


Con estos hechos, dijo en la tribuna la diputada perredista, Zedillo transgredió las leyes de Adquisiciones, de Entidades Paraestatales y Orgánica de la Administración Pública, y podría incluso enfrentarse a un proceso penal, si se comprueba que incurrió en irregularidades.


La denuncia menciona que el funcionario debe someterse a juicio político conforme la Ley General de Responsabilidades de los Servidores Públicos lo ordena en sus artículos 6 y 7, ya que utilizó recursos del erario público fuera de la política administrativa vigente.


Para el ciclo escolar 1993-1994 se imprimirán nuevos libros de texto para las siete materias de educación primaria Las condiciones para su edición se definirán como resultado de la consulta nacional que abrió la SEP para la reformulación de planes y programas de estudio para educación primaria Los trabajos de esta consulta nacional concluirán, de acuerdo con las estimaciones del Consejo Nacional Técnico de la Educación (Conalte), en enero de 1993.


El ciclo productivo de la Conaliteg marca como fecha de inicio de sus trabajos —para el próximo ciclo escolar— el 15 de septiembre Al 15 de octubre según informes del Sindicato Revolucionario de Trabajadores y Empleados del organismo, la producción industrial llevaba dos meses suspendida.


Así, existe la posibilidad de que, cuando entreguen a los talleres los originales de los libros de texto para el próximo año escolar, por razones de tiempo nuevamente se tenga que recurrir a empresas privadas

https://www.proceso.com.mx/160353/los-libros-de-historia-que-hizo-bartlett-al-desperdicio

 


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